De temer el código a disfrutarlo

Un camino constante para crear software por pasión, no por dinero

Hace unos años veía la programación como algo estresante y aterrador. Me sentía inmóvil ante un bug, con miedo a fallar, a hacer preguntas “tontas” o a demostrar que no sabía tanto como los demás.

Pensaba que tenía que aprender solo para trabajar en una gran empresa, para encajar en la industria. Pero esa mentalidad me estaba apagando. Programar se sentía como una obligación, no como un descubrimiento.

Hoy algo ha cambiado en mí.

Aprendiendo a querer la programación y cada vez lo disfruto más

Ahora la miro con curiosidad, como cuando me pierdo leyendo sobre historia o sobre el cerebro por puro interés. Me he dado cuenta de que cuando dejo de decir “debo saber esto porque lo exige el mercado” y empiezo a decir “no sé esto y quiero entender cómo funciona”, el miedo se disuelve poco a poco.

Me inspira ver cómo otros desarrolladores hablan del código con amor, como si fuera arte o un juego. Esa energía me ha contagiado. Siento que estoy entrando a un mundo con posibilidades infinitas, donde cada error es un portal a algo nuevo, no un muro.

También he comprendido que este es un camino constante. Aunque aún no soy una desarrolladora perfecta que solo muestra sus logros, sigo adelante. Tengo bloqueos, momentos en los que el código me frustra o me hace dudar de mis habilidades. Pero cada vez los enfrento con más calma y con menos miedo a equivocarme.

He trabajado en crear un mindset diferente. Estoy aprendiendo a querer programar desde la curiosidad y el disfrute porque quiero que mi carrera sea sostenible en el tiempo. No quiero quemarme ni perder el amor por lo que hago. Prefiero construir una relación sana con el código, una donde los retos no me paralicen, sino que me inviten a explorar.

Lo que he aprendido hasta ahora

Todo cuenta
Aunque no tengas experiencia laboral, cada cosa que practicas y exploras suma.

Habla pronto
En mi primera experiencia laboral, mi lead me dio un consejo valioso: “Entre más rápido expreses tus dudas, más rápido avanzamos como equipo.”

Equivócate sin miedo
Mientras más he aceptado que puedo fallar, menos paralizante se siente cada error. Cada bug arreglado es un logro, no una prueba de incompetencia.

Hoy programo con amor y curiosidad

Decidí dejar de negar mis miedos y empezar a ver la industria con ojos de aprendiz, con ganas de entender y crear. Poco a poco, estoy desbloqueando mi gusto por la tecnología, las buenas prácticas, el diseño de software, la arquitectura… y sobre todo, por la magia de hacer que algo cobre vida desde unas líneas de código.

Si tú que me lees sientes miedo o estrés al programar, quiero decirte esto: está bien. Ese miedo significa que te importa. Pero no dejes que te detenga. Haz la pregunta incómoda. Prueba esa idea loca. Falla rápido y sigue. Un día, sin darte cuenta, estarás disfrutando el proceso.